El complejo de Esclerosis Tuberosa (CET o TSC por sus siglas en inglés) es un trastorno genético que afecta a múltiples sistemas del organismo. Es un trastorno de la diferenciación y proliferación celular, que se caracteriza por la formación de tumores hamartomatosos benignos: neurofibromas y angiofibromas localizados en la piel, riñón, cerebro, corazón, ojos, pulmones o cavidad oral y otros órganos.
Se produce por mutaciones de los genes TSC1 del cromosoma 9 y TSC2 del cromosoma 16. La prevalencia de esta enfermedad varía entre 1/6000 a 1/10000 de los niños nacidos vivos.
Causas, incidencia y factores de riesgo
El CET es un defecto genético autosomal dominante. Esto significa que un individuo con CET tiene una mutación en cualquiera de los genes TSC que provoca la enfermedad. Muchos defectos genéticos como el CET pueden ser esporádicos o suceder por primera vez en la familia. Dichas ocurrencias esporádicas son el resultado de una nueva mutación genética y están relacionados aproximadamente con el 60% de todos los casos del CET. El 40% restante de los casos es resultado de un gen TSC que contiene una mutación que se transmite, se hereda ya sea por la madre o por el padre. Los individuos del CET tienen el 50% de probabilidades de transmitir el padecimiento a cada uno de sus hijos
No se conocen casos de individuos con la mutación en los 2 genes, y el CET no salta generaciones.
Cerebro y Función Neurológica
Se pueden observar varios tipos de anormalidades cerebrales en
individuos con ET, incluyendo hamatormas, tuberosidades corticales, nódulos
subependimarios, tumores de células gigantes subependimarios (SEGA o
astrocitoma). La gran mayoría de personas con ET, presentará varias de estas
anormalidades.
Tuberosidades
corticales
Las tuberosidades
corticales se visualizan mejor con Imágenes de Resonancia Magnética (RMN)
del cerebro. La tuberosidad cortical, por la cual se nombró originalmente el
ET, es un área desorganizada del cerebro que contiene células anormales.
Las tuberosidades y/o el área del cerebro que
rodea a una tuberosidad cortical producen los focos epileptógenos y por tanto el
desarrollo de las crisis epilépticas en individuos con ET.
Nódulos Subependimarios
Los nódulos subependimarios son pequeñas
acumulaciones de células que se localizan en las paredes de los ventrículos
cerebrales (los espacios en el cerebro que contienen el líquido
cefalorraquídeo. Los nódulos con frecuencia acumulan calcio, y de esta forma
son identificados fácilmente en las imágenes del cerebro. Estos nódulos son
asintomáticos, a no ser que uno crezca y se posicione el el foramen de Monroe,
convirtiéndose en astrocitomas de células gigantes (SEGA).
Tumores de
Células Gigantes Subependimarios (SEGA)
Este tipo de tumor cerebral no canceroso se
desarrolla en aproximadamente 25-35% de los individuos con ET. Si un SEGA crece
lo suficiente, puede bloquear el flujo de líquido cefalorraquídeo dentro de los
ventrículos del cerebro provocando hidrocefalia. Con esta afección, se acumula
presión dentro del cerebro resultando en síntomas que pueden incluir vómito,
náuseas, dolor de cabeza cambios en el apetito, el comportamiento y el
carácter. En caso de que esto suceda, puede ser que el tumor tenga que
extirparse quirúrgicamente o drenar. Los SEGAs son llamados astrocitomas de
células gigantes subependimarios. Debido a que el SGCT es un tumor benigno,
nunca debe utilizarse radiación para tratar este tipo de tumor cerebral. Se
debe realizar un estudio RMN craneal al momento del diagnóstico del ET para
obtener una imagen inicial, y posteriormente repetir entre 6 meses y un año,
para ver la evolución o posible crecimiento de este, y en casos muy graves
extirparse quirúrgicamente en caso de que el tumor continúe creciendo o si el
individuo se vuelve sintomático.
Implicación Neurológica
La epilepsia es la
causante de la discapacidad intelectual (de moderada a grave).
Los problemas del
comportamiento son otras manifestaciones neurológicas en la ET, tienen
brotes obsesivos y manifiestan esteriotipias.
Algunos tienen
sintomatología autista y problemas cognitivos.
Problemas de Epilepsia/Crisis
Las convulsiones siguen
siendo una de las características neurológicas más comunes del ET,
presentándose en un promedio de entre 60% a 90% de los individuos con ET.
Algunos bebés serán diagnosticados con ET
después de haber comenzado a presentar un tipo de convulsión llamado espasmos
infantiles. En la edad infantil y etapa adulta se desarrollan una gran variedad
de crisis epilépticas generalizadas y/o parciales como otro tipo de crisis
focales, habitualmente producidas por estados febriles. Más del 50% de los
individuos con ET que padecen epilepsia no responden a los medicamentos
antiepilépticos, se produce una epilepsia refractaria y/o fármaco resistente.
Discapacidad
Intelectual
Cuando las crisis
de epilepsia son muy frecuentes, los niños muestran un progreso muy lento
que puede afectar a momentos claves del desarrollo.
Algunas personas con ET pueden tener leves
discapacidades de aprendizaje que deben ser consideradas para realizar
intervenciones tempranas y programas escolares.
Problemas
del Comportamiento
Los problemas del
comportamiento son comunes en individuos con ET e incluyen trastornos del espectro
autista (ASD por sus siglas en inglés), trastorno generalizado del desarrollo,
trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TGD), trastorno obsesivo
compulsivo, depresión, trastorno por ansiedad y comportamiento agresivo.
Los expertos recomiendan que todos los niños diagnosticados con ET se
sometan a una cuidadosa evaluación neuropsicológica al momento del diagnóstico
para poder implementar la intervención temprana.
Piel
Las lesiones cutáneas que resultan del ET incluyen las siguientes:
Máculas
Hipocrómicas
Pueden ser de cualquier
tamaño o forma. Las células cutáneas en esta área de la piel contienen menos
pigmento, por lo que se ven más claras que la piel que las rodea.
Manchas
con piel de ZapaLos Nevus de Tejido Conectivo
Es una región en la piel que tiene el mismo
color que la piel que la rodea pero puede ser áspero y con apariencia de
pequeñas piedrecillas como la cáscara de una naranja. Se encuentran por lo
general en la parte lumbar de la espalda, en la frente y en la nuca.
Tumores de Köenen
O subungueales, son pequeños
crecimientos fibrosos que se forman alrededor de las uñas de los pies o manos.
Los
Angiofibromas Faciales
Son tumores benignos en
la cara que tienden a aparecer en las mejillas y nariz. Al principio son
pequeñas manchas o abultamientos rojizos que pueden aumentar de tamaño con la
edad. Es muy poco frecuente que los angiofibromas faciales estén presentes en
el nacimiento, pero generalmente aparecen a partir de que el niño ha cumplido 2
años de edad.
Una Placa Frontal
Es una mancha de piel de
Zapa que aparece en la frente y en el cuero cabelludo. Estas placas de color
carne son suaves o compresibles ante una lesión fuerte (consistencia pastosa).
Riñón
Los angiomiolipomas (AMLs) renales (de riñón) son tumores no cancerosos (benignos), y son el tipo más común de lesión renal en el ET. Los AMLs se presentan en un 70-80% de adultos y niños mayores con ET. Estos tumores comienzan a crecer en la infancia en muchos individuos con ET, pero generalmente crecen muy lentamente y pueden no ocasionar problemas hasta llegar a la primera etapa de la edad adulta. Los individuos con ET deben realizarse imágenes renales al momento del diagnóstico y posteriormente cada cada año y cada dos años mientras que no muestren síntomas de implicación renal. Una vez que se haya identificado implicación renal, las imágenes deben realizarse anualmente. Los AMLs mayores de 2cm. tienen mayor probabilidad de provocar síntomas tales como hematuria (sangre en orina) debido a que frecuentemente tienen vasos sanguíneos anormales, hipertensión e insuficiencia renal.
Otro hallazgo frecuente en individuos con ET son los quistes renales. Muchos individuos con ET tienen quistes únicos en uno o ambos riñones. Los quistes generalmente no tienen importancia clínica, pero en algunos casos puede derivar en un carcinoma renal.
Corazón
Ojo
Pueden presentarse
tumores benignos (facomas retinianos) y áreas despigmentadas en el interior de
los ojos de individuos con ET, pero no provocan pérdida de la visión o
problemas.
Se recomienda realizar un examen de ojos para
el diagnóstico de la patología pero no es necesario continuar con revisiones
posteriores.
Pulmón
Muchas mujeres con implicación pulmonar debida al ET tienen linfangioleiomiomatosis (LAM), una enfermedad cística degenerativa de los pulmones. Los primeros síntomas de implicación pulmonar en un individuo con ET pueden ser: falta de aire después de ejercitarse levemente, tos, o neumotórax espontáneo (presencia de aire en la cavidad pleural provocando que el pulmón se colapse).
Algunas veces esta implicación pulmonar puede evolucionar en incapacidad pulmonar, y algunos individuos pueden requerir trasplante pulmonar.
Estudios recientes han demostrado que, alrededor del 50% de las mujeres con ET padecen LAM. Se recomienda que las mujeres con ET se sometan a un examen de imagen TC de tórax (no rayos x normales) en algún momento alrededor de los 16 años de edad o al momento de diagnóstico del ET en mujeres adultas. Una imagen TC pulmonar de alta resolución es superior a los rayos-x normales debido a que los signos tempranos de la implicación pulmonar pueden no verse en radiografías. Si se descubre implicación pulmonar, se debe evitar fumar y tomar medicamentos con estrógeno, y se deben repetir las imágenes TC de tórax anualmente. El individuo debe ser monitoreado cuidadosamente por un neumólogo.
Problemas Bucales y Dentales
Las
implicaciones bucales en el ET son: fibromas ungüeales e hipoplasia dental
(hendiduras), pudiendo presentar el paciente uno, los dos o ninguno.
Las hendiduras se
observan tanto en las superficies frontales como posteriores de los dientes.
Un aspecto importante del cuidado preventivo
para individuos con ET es la higiene dental meticulosa, incluyendo el cepillado
regular y el uso de hilo dental.
Otros Sistemas de Órganos
Se han observado quistes y AMLs parecidos a aquellos que se encuentran en los riñones en otros órganos como la glándula suprarrenal, hígado, pulmones, ovarios. Estas lesiones por lo general son asintomáticas y no requieren tratamiento. En caso de ser sintomáticas, el especialista adecuado deberá tratarlas.
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